viernes, 9 de noviembre de 2012

La Pena de Muerte ¿Verdadera Justicia o Acto Cruel?


     La pena de muerte es, sin duda, un tema controversial.  Cada vez que ocurren crímenes horrendos, violaciones o asesinatos de niños surge el debate en Chile sobre si debería o no volver a aplicarse la pena capital.  Cada persona tiene su argumento para estar a favor o en contra de ella.  Los que están a favor dicen que son los delincuentes los que están aplicando la pena de muerte en las calles asesinando y robando a personas de trabajo, amparados por la justicia chilena que no los castiga de acuerdo a sus crímenes.   En cambio,  los que están en contra argumentan que “nadie tiene derecho a quitarle la vida a otra persona”,  que su aplicación no cura las heridas de las víctimas y no soluciona nada, que si se reinstaurara en Chile significaría un retroceso en la cultura, en la humanización y en el desarrollo de la sociedad y que, además,  es ineficaz para frenar la delincuencia.

     En Chile y bajo el gobierno de Ricardo Lagos, la pena de muerte fue sustituida por presidio perpetuo calificado, en el 2001.  En la justicia militar se mantiene su vigencia solo para delitos que se cometan en tiempos de guerra.  Una encuesta hecha en el 2009, por en Centro de Encuestas La Tercera, reveló que el 63 % de los encuestados estaba a favor de aplicarla en casos de extrema crueldad.  Todos sabemos que las encuestas no son del todo confiables, sin embargo la realidad que nos rodea, las noticias y la inseguridad en las calles son pruebas suficientes para saber que la delincuencia ha aumentado en forma impresionante en nuestro país.  Todos hemos visto por televisión, como los delincuentes son dejados en libertad por los jueces,  los violadores y pedófilos con suerte están tres años presos y los que cometen crímenes atroces reciben penas mínimas en proporción al daño que produjeron en las víctimas y sus familias.  Las encuestas pierden valor cuando una verdad es tan evidente.

     Considerando que cada persona tiene su propia opinión, una crianza diferente y un sentido de la justicia generalmente equivocado, lo más sensato es considerar la opinión de alguien que esté por encima de todos nosotros, con una moral y un sentido de justicia perfecto e incuestionable.  Si usted es cristiano o creyente en Dios:  ¿no sería lógico conocer qué dice el Creador sobre el tema?  ¿Estará Dios de acuerdo en que un Estado aplique la pena de muerte?  ¿Nos enseña la Biblia sobre la pena capital?  Algunos creyentes dirán que es imposible que Dios esté de acuerdo porque él es amor y además, estableció el mandamiento que dice:  “No matarás”.  No obstante,  le invitamos a leer este volante y comprobar  las citas bíblicas sobre el tema.

     Primero que todo, es conveniente citar las definiciones de la palabra justicia.  Según el diccionario RAE: dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece //Aquello que debe hacerse según derecho o razón //  pena o castigo público  //  Atributo de Dios que castiga o premia según merece cada uno. Teniendo en cuenta las definiciones de la palabra justicia, iniciaremos este paseo por la palabra de Dios.  Lo primero es establecer que Dios es justo (Deuteronomio 32:4/ 2 Crónicas 12:6/ Esdras 6:5/  Salmo 7:9/ Salmo 11:7, etc.)  Citaremos la descripción de Dios, que nos entrega David en el Salmo 119:137, que dice: “Justo eres tú, oh Jehová, y rectos son tus juicios”  Por lo tanto, Dios es justo y juzga rectamente.  Dios le da a cada quien lo que le corresponde.

     Es importante recalcar que antes de que Dios entregara los diez mandamientos y las leyes para el pueblo de Israel, envió el diluvio para destruir a la humanidad y la causa fue que Dios  “vio que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal” (Génesis 6:5)   Dios aplicó la pena de muerte sobre todo el mundo, exceptuando a Noe y su familia.  Mas de alguno pensará: “bueno, está bien,  solo Dios tiene derecho a quitar la vida”.  Sin embargo, fue precisamente después del diluvio cuando el Señor estableció como debe pagar el que asesina a otro: “El que derramare sangre del hombre, por el hombre su sangre será derramada;  porque a imagen de Dios es hecho el hombre” (Génesis 9:6), es decir,  el que asesina a otro merece y debe morir.  De esta forma, Dios delegó a la humanidad la responsabilidad de administrar justicia y de aplicar la pena de muerte  cuando fuese necesario.

     Y esto es precisamente lo que ocurrió dentro del pueblo de Israel, en el cual Dios estableció la pena de muerte para las siguientes conductas que él consideraba DELITOS:

1. ASESINATO:  Números 35: 16-21; 30-33.  Deuteronomio 17:6.  Levítico 24:17.

Citaremos un pasaje: “y si con instrumento de hierro lo hiriere y muriere, homicida es;  el homicida morirá: y si con piedra de mano, de que pueda morir, lo hiriere y muriere, homicida es;  el homicida morirá y si con instrumento de palo de mano, de que pueda morir, lo hiriere y muriere, homicida es;  el homicida morirá.  El pariente del muerto, él matará al homicida:  cuando lo encontrare él le matará.  Y si por odio lo empujó, o echó sobre él alguna cosa por asechanzas, y muere;  o por enemistad lo hirió con su mano , y murió, el heridor morirá;  es homicida;  el pariente del muerto matará al homicida, cuando lo encontrare. (Números 35: 16-21)  Fíjese la forma en que Dios impartía justicia dentro de su pueblo Israel, estableciendo en estos casos que el pariente del muerto, era quien debía matar al asesino.

2. VIOLACIÓN:  Deuteronomio 22:25-27.  Más si el hombre halló una moza desposada en el campo, y él la agarrare (o forzare), y se echare con
ella,  morirá sólo el hombre que con ella se habrá echado;   y a la moza no harás nada; no tiene la moza culpa de muerte:  porque como cuando alguno se levanta contra su prójimo y le quita la vida, así es esto:  porque él la halló en el campo:  dio voces la moza desposada, y no hubo quien la defendiera.

Dios considera la violación de la misma gravedad que el asesinato y esta ley condenaba al violador a la pena de muerte.  Y si Dios consideraba la violación de una mujer tan grave como un homicidio y la sentencia era la muerte.  ¿Qué merecerá entonces, delante de Dios, el que viola a niños inocentes?

3. SECUESTRO:  Éxodo 21:16 y Deuteronomio 24:7.  “Asimismo el que robare a una persona y la vendiere, o se hallare en sus manos, morirá”


4.  FALSO TESTIMONIO EN UN CASO EN QUE EL CASTIGO HUBIERA SIDO LA PENA DE MUERTE PARA EL ACUSADO.  Deuteronomio 19:16-20

     Dios también estableció, dentro de su pueblo Israel, la pena de muerte por pecados religiosos, como por ejemplo: ofrecer sacrificios humanos (Levítico 20: 2-5), adorar otros dioses falsos y sacrificarles (Éxodo 22:20), por rehusar a vivir de acuerdo a la ley de Dios y oponerse a los sacerdotes o jueces (Deuteronomio 17:12), por practicar el ocultismo (Levítico 20:27), etc.  Además Dios ordenó la pena de muerte para los que hirieran o maldijeran a su padre o a su madre (Éxodo 21:15 y 17), para los hijos rebeldes a sus padres (Deuteronomio 21:18-21),  para los adúlteros (Levítico 20:10 y Deuteronomio 22:20), para los que practicaban la sodomía (conocida hoy como homosexualidad) Levítico 20:13, entre otros.

     Con todos estos pasajes bíblicos nos queda bastante claro que Dios estableció la pena de muerte.  Muchos se preguntarán entonces ¿Qué pasa con el mandamiento que dice “no matarás”?  ¿Se estará contradiciendo el Señor?

La palabra hebrea usada en Éxodo 20:13  “rasah” tiene por significado LA MUERTE DEL INOCENTE.  Es decir,  matar haciéndolo con intención  y hasta con alevosía.  En otras palabras, este mandamiento dice literalmente “No asesinarás”.  Cabe destacar que la misma ley del Antiguo Testamento no culpaba a aquellos que cometían homicidios accidentales o sin intención.  Compruébelo en Levítico 21:1-2 y en Números 35:22 -28.  Por lo tanto, la pena de muerte que aplica un Estado, no se contradice con el mandamiento “No matarás”, porque el homicidio que Dios condena es el de inocentes, no el de los culpables. 

¿Para qué Dios estableció la pena de muerte?

     La Biblia dice que uno de los objetivos de la aplicación de la pena de muerte era quitar el mal de en medio del pueblo, tal como lo dice en varios versículos que puede usted comprobar en el libro del Deuteronomio:  13:5, 17:7, 17:12, 19:19, 22: 21, 22, 24 y 24:27.  El ejemplo de la manzana podrida que todos conocemos es correctamente aplicado en este caso.  El matar una persona que era culpable de transgredir la ley de Dios, evitaba la corrupción del resto del pueblo.

      Otro objetivo era que los demás aprendieran del ejemplo, temieran y no cometieran delitos, es decir, era un ACTO PERSUASIVO.   Al contrario de lo que piensan los que se oponen a la pena de muerte, Dios estableció desde miles de años atrás que la pena de muerte sí es eficaz  para frenar los delitos graves: “Para que todo Israel oiga y tema y no vuelvan a hacer cosa semejante a esta cosa mala en medio de ti.” (Deuteronomio 13:11) En Deuteronomio 21:21, dice: “Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán con piedras y morirá: así quitarás el mal de en medio de ti;  y todo Israel oirá, y temerá  Claramente, Dios estableció la pena de muerte para que el resto de la sociedad israelita sintiera temor y la pensaran más de diez veces antes de  transgredir la ley.  Y como sabemos, Dios no cambia con el avance de la cultura o la modernidad.  Él entregó mandamientos, leyes, valores, principios, modelos y consejos que son como él:  eternos.  Si se aplicara este modelo de justicia en nuestra nación le diríamos adiós a la puerta giratoria y la impunidad de violadores y pedófilos.  Los ciudadanos honestos y trabajadores, podrían vivir en paz y además, se acabaría la sobrepoblación carcelaria.

      Aquí está la respuesta de por qué crecen las cifras de asesinatos a sangre fría, violaciones, pedofilia, asaltos con homicidio, femicidios, etc.   Porque no hay nada que haga temer a los delincuentes, no hay un castigo proporcional al daño que hacen.  Medite usted en este pasaje bíblico:  “Porque no se ejecuta luego sentencia sobre la mala obra, el corazón de los hombres está en ellos lleno para hacer el mal”  (Ecclesiastés 8:11) Dios es categórico: los delitos crecen porque no hay castigo para los malos.  En el caso de Chile, las penas son bajísimas y por lo tanto, no son un medio para atemorizar a los delincuentes.  Al contrario, como ven que el castigo no es de temer, su corazón está dispuesto a seguir delinquiendo.  ¿Cuántas veces hemos visto en televisión como los violadores en su primer día libre vuelven a violar y matar como si nada?  Porque el castigo no es proporcional al crimen que cometieron.  No temen al “castigo”, y cuando cometen delitos atroces salen riéndose y otros piden"disculpas"  solo para que no le den muchos años de condena.

       Si Dios es justo y él mismo estableció la pena de muerte  ¿por qué poner el grito en el cielo cada vez que se nombra la pena de muerte?  Lamentablemente, ha crecido esa creencia absurda de que el delincuente es una persona que tiene derecho a la vida porque la ley lo dice y muchos ponen argumentos que al final colocan al delincuente como víctima y al que clama por justicia, como una persona vengativa y que no tiene amor.  Increíble.  No se trata aquí de negarles la rehabilitación y la segunda oportunidad a los que han cometido delitos que no merecen pena de muerte.  Muchos defienden a los delincuentes que merecen pena de muerte, aferrándose al tan mal usado argumento de los “derechos humanos”  ¿Acaso el delincuente que violó y mató a un niño, respetó su derecho a la vida?  Obvio que no.  Y entonces ¿Por qué respetar su derecho a la vida?  Predican los derechos humanos y al que no respeta los derechos humanos de los demás lo defienden.  ¿Quién entiende esto?

     Dios delegó al Estado la responsabilidad de aplicar justicia y proteger a los que hacen lo bueno y esto lo confirma en el Nuevo Testamento:  “Toda alma se someta a las potestades superiores;  porque no hay potestad sino de Dios; y las que son , de Dios son ordenadas.  Así que, el que se opone a la potestad, a la ordenación de Dios resiste:  y los que resisten, ellos mismos ganan condenación para sí.  Porque los magistrados no son para temor al que hace el bien, sino al malo.  ¿Quieres, pues no temer la potestad?  Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella;  porque es ministro de Dios para tu bien.  Mas si hicieres lo malo, teme: porque no en vano lleva el cuchillo;  porque es ministro de Dios, vengador para castigo al que hace lo malo.  (Romanos 13:1-4) En los versículos anteriores Dios está confirmando que los que gobiernan tienen la autoridad y el deber de parte de él para castigar al que hace lo malo.  Para aplicar pena de muerte si es necesario, tal como él mismo lo estableció en su propio pueblo escogido y lo hizo cumplir.

     El Estado tiene el deber de proteger a los inocentes.   Este deber delegado por Dios a todos los gobernantes, jueces y autoridades de un pueblo o nación  es considerado en la sociedad “moderna” como un acto salvaje y vengativo y que viola el “derecho a la vida” garantizado en la constitución política de nuestro país.  Sin embargo, el Creador lo considera un instrumento de justicia, de verdadera justicia.  No se trata aquí de matar sin un previo juicio justo, sin testigos y pruebas.  Se trata de que la pena de muerte fue implementada por Dios, a fin de que las autoridades la hagan cumplir para proteger y vengar a los inocentes.  Ya estudiamos que incluso Dios, en ciertos casos, ponía al asesino en manos del pariente de la víctima para que éste lo matara.  ¿Se fija que la justicia de Dios es muy diferente a la de los hombres?  ¿Estará Dios equivocado? ¿Seremos más justos que él? 

     Uno de los versículos mal utilizados para estar en contra de la pena de muerte es el que dice:  “No paguéis a nadie mal por mal” y  “No os venguéis vosotros mismos, amados míos;  antes dad lugar a la ira; porque escrito está:  Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor” (Romanos 12: 17 y 19).   Una de las reglas de una buena interpretación bíblica es interpretar el pasaje en su contexto.   El contexto es que Pablo está hablando a hermanos de Roma, aconsejándoles contra la venganza personal, asegurándoles que la venganza es de Dios y este consejo, por aplicación está destinado a todos los cristianos.  Si alguien se porta mal conmigo, me miente, me traiciona o me hace un daño que no constituye delito, no debo vengarme, sino hacerme un lado para que el Señor de la recompensa.  Diferente es si soy víctima de un asalto, estafa, robo, violación o asesinan a un pariente,  el Estado está autorizado por Dios para aplicar un castigo proporcional al delito, incluyendo la pena de muerte, tal como lo dice en Romanos 13.  La Biblia no se contradice. 


     Cuando uno pretende enfrentar un pasaje bíblico con otro que es aparentemente contradictorio, se debe leer cuidadosamente el contexto del pasaje y tener cierto conocimiento bíblico.  Lo ideal es que la persona que haga esto sea un cristiano arrepentido y bautizado y el Espíritu de Dios esté habitando en él.  Si estas condiciones se cumplen, las aparentes contradicciones desaparecen y la claridad se hace evidente.  Creemos que con lo expuesto en este volante es suficiente para entender que Dios estableció la pena de muerte, como un acto de justicia y persuasión.

     Vivimos en un país cada vez mas inseguro, ya que no hay justicia verdadera y el Estado se ha desligado de su obligación, establecida por Dios de proteger y vengar a los inocentes.  Como cristianos, la única esperanza que nos queda es confiar en Jesucristo y en su protección incomparable y llamar al Evangelio de Salvación a todos los que no conocen a Dios y que puedan en Cristo, estar seguros ellos y sus familias.   Bendiciones.


miércoles, 8 de febrero de 2012

Halloween

                                           
                ¿TRADICIÓN, JUEGO INOCENTE O MALA ENSEÑANZA?


     Conozcamos más de la tradicional fiesta del Halloween, lo cual nosotros relacionamos con disfraces, calabazas y grupos de niños pidiendo dulces.  Hay personas que piensan que no debería celebrarse en Chile, puesto que es una fiesta extranjera y también, hay algunos que ven esta fiesta como un  juego para que los niños se entretengan y salgan de  lo común.  Sin embargo, pocos se han preocupado de averiguar y comprobar los orígenes de tal celebración, que cada año tiene más adeptos.

     El Halloween  tiene su origen en lo que se conoce como Reino Unido, Irlanda y el norte de Francia.  Allí vivían los celtas, grupo de pueblos politeístas, los cuales creían en la reencarnación, estudiaban el vuelo de las aves y restos de animales sacrificados para adivinar el futuro y posiblemente, sacrificaban seres humanos a sus diferentes “dioses”.  La clase sacerdotal eran los druidas,  los cuales celebraban el Año Nuevo el 31 de octubre, con una fiesta a Samhain, su dios de la muerte.  Ese día era el último día de la cosecha y el principio del invierno.  Los celtas creían que Samhain o Samán le permitía a las almas regresar a sus casas esa noche.  Para mantener a esos espíritus contentos y alejar a los malos espíritus los celtas dejaban comida o dulces fuera de sus hogares.  Esta tradición se convirtió en lo que hoy se conoce como trick or treat  (dulce o travesura) 

     Pero los espíritus no solo eran apaciguados o alejados por la comida.  También se encendían grandes fogatas, donde quemaban animales, cosechas y posiblemente, seres humanos como sacrificios.  Durante la celebración algunos usaban disfraces, hechos con la cabeza y piel de animales.  También se encendían antorchas y se usaban máscaras para espantar a los malos espíritus.  En la fiesta a Samán, se practicaba también la magia, la adivinación por el vuelo de las aves (ornitomancia) o por las entrañas de los animales. (Aruspicina)

     Cuando los romanos conquistaron a los celtas, estos influenciaron el mundo céltico con su festival a la diosa romana de la cosecha, llamada Pomona.  Posteriormente, llegó el catolicismo, que en vez de reprimir estas fiestas las absorbió, y estableció el 1 de noviembre como el Día de Todos los Santos. De esta forma mezclaron estas fiestas, con el objetivo de transformarlas en una fiesta religiosa.  Sin embargo, un gran número de celtas no aceptaron las tradiciones católicas  y por esa razón, actualmente se celebra el Halloween.

     El Halloween llego a América aproximadamente en el año 1800, cuando llegaron  inmigrantes desde Irlanda y Escocia e introdujeron esta fiesta a Estados Unidos.  En este país, se produjo una mezcla con el SATANISMO.  Imagínese una fiesta, que tuvo su origen en un pueblo que adoraba varios dioses, que creían en las ciencias ocultas y sacrificaban animales y además, mezclada con el satanismo.  Comenzaron en Estados Unidos, principalmente, crímenes horrendos que ocurrían en la noche del Halloween  –y siguen ocurriendo- y aún en Chile ocurrió el caso de una joven que asesinaron en esta fecha.

      Ahora le invitamos a comparar esta información resumida de la historia del Halloween  con lo que Dios nos enseña en la Santa Biblia, en la cual no puede haber ninguna mala enseñanza, por supuesto.  La Biblia, además es el libro consultado en las religiones más conocidas y por lo tanto, sería contradictorio que un creyente celebrara este tipo de fiestas.  Sabemos que esta fiesta se originó en la celebración que los celtas dedicaban a Samán, que era el dios de la muerte que ellos tenían.  Los celtas creían en varios dioses, es decir, que eran idólatras, lo que contradice la enseñanza cristiana que nos presenta un solo Dios, el Creador.  “Yo el primero y yo el último, y fuera de mí no hay Dios” (Isaías 44: 6); “antes de mí no fue formado Dios, ni lo será después de mí” (Isaías 43: 10); “y no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí”  (Isaías 45: 21); “Ved ahora que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo….” (Deuteronomio 32: 39)   

     Como segundo punto, los celtas practicaban la magia, la adivinación y probablemente, sacrificios humanos.  Todas estas prácticas fueron prohibidas por Dios: “No sea hallado en ti, quien haga pasar su hijo o su hija por el fuego, ni practicante de adivinaciones, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni fraguador de encantamientos, ni quien pregunte a pitón, ni mágico, ni quien pregunte a los muertos.  Porque es abominación (digno de ser condenado) a Jehová cualquiera que hace estas cosas…” (Deuteronomio 18: 10 y 11)  En el libro de Apocalipsis, hay dos sentencias contra los hechiceros e idólatras (capítulo 21: 8 y 22: 15), estas sentencias confirman que Dios condena dichas prácticas. 

      En tercer lugar, el único que tiene potestad sobre los espíritus es Dios.  La Biblia nos deja bastante claro lo que sucede con todos los espíritus de las personas que mueren.  “y el polvo se torne a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio” (Eclesiastés 12: 7)    Estas palabras nos enseñan que el espíritu de la persona que muere vuelve a Dios, porque fue Dios quien le dio ese espíritu.     Luego, dice la Biblia lo siguiente: “porque los que viven saben que han de morir: mas los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en el olvido.  También su amor y su odio y su envidia, feneció ya: ni tiene ya más parte en este siglo, en todo lo que se hace debajo del sol.”  (Eclesiastés 9: 5 y 6)  Nos queda bastante claro que los muertos no tienen más participación en el mundo de los vivos, es decir, en nuestro mundo.  Por lo tanto, es una falsedad absoluta que los espíritus anden visitando o cuidando a sus parientes y penando porque quedaron con asuntos pendientes o tuvieron una muerte muy trágica.  Dios tiene dominio sobre todos los espíritus de las personas que se mueren y no se va a estar prestando para juegos, ni les va a dar permiso a los muertos para que visiten o asusten a los vivos.   Por lo tanto, es poco probable el contacto de los seres humanos con los espíritus de los muertos, sobre los cuales sólo Dios tiene dominio y autoridad.

      Estimado lector, es muy común en el mundo, celebrar cualquier cosa que parezca divertida, sin averiguar antes el verdadero significado y origen.  Si comparamos estas tradiciones o fiestas con lo que Dios nos entrega mediante la Santa Biblia, nos daremos cuenta que estos tipos de celebración no tienen su raíz en la verdadera fe y que, además no constituyen ninguna enseñanza positiva para nuestros hijos.  El Halloween lo que hace es entregarnos la idea, entre juegos y disfraces, que puede ser posible el contacto de los espíritus con los seres humanos, es decir, promueve el ocultismo.  No debemos olvidar que está estrechamente ligado al culto al diablo.  Además, es la segunda fiesta que más vende en Chile, después de la navidad.

     El sociólogo y experto en sectas, Humberto Lagos, hizo notar que el Halloween esta directamente relacionado con el SATANISMO y que  también promueve antivalores que se están manifestando en los niños que no les dan dulces, los cuales ensucian y destruyen parte de las casas donde se le han negado las golosinas.  El experto dijo que si bien no hay tantos crímenes como en Estados Unidos, se realizan rituales satánicos la noche de Halloween en nuestro país.   Lagos aseguró que esta celebración, considerada como un juego,  puede dañar nuestra identidad nacional y  los valores que le entregamos a nuestros hijos y aconsejó a los padres a tener la  capacidad de hacer discernir a los niños desde pequeños que significado tiene lo que están jugando.   También resalto el negocio que hay detrás de esta fiesta extranjera que induce a COMPRAR disfraces y dulces, sin analizar el trasfondo del asunto. 

     La Biblia dice que los simples (personas de escaso entendimiento) creen a toda palabra. (Proverbios 14: 15).  Le invitamos a no ser simple, a estar más informado y a analizar lo que celebra.  Si esta fiesta tiene un mal origen y está basada en prácticas contrarias a las enseñanzas del Señor,  quiere decir que no puede entregarnos nada bueno a nuestras vidas y menos a nuestros hijos, que necesitan nuestra dirección en este mundo que es propenso a confundir lo bueno con lo malo.

miércoles, 1 de febrero de 2012

La T.V. y su Influencia

LA TELEVISIÓN CHILENA


           Sin duda, la televisión ocupa un tiempo muy importante de la mayoría de los chilenos.  Para muchos, es una grata compañía y para otros, lo ideal para relajarse un rato después de una dura jornada de trabajo.  Sin embargo, la televisión actual no es la misma que hace veinte o treinta años.  Ha avanzado impresionantemente en tecnología.  Hoy tenemos acceso a televisores más grandes, con mejor sonido, pantalla plana o de plasma, etc.  También podemos acceder a canales internacionales, conectar el televisor al DVD, etc.  No obstante, en el plano del contenido lamentablemente, la televisión ha tenido un gran retroceso.  La mayoría del contenido de la televisión chilena es el sexo, la violencia, las drogas, la delincuencia, la infidelidad, etc.  Como bien dijo Luis Emilio Guzmán, guionista de “Cárcel de Mujeres”, cuando fue entrevistado sobre el contenido de las teleseries en Chile:  “Las teleseries son el fiel reflejo del chileno”.   Lo que nos confirma una degradación moral y la pérdida de valores trascendentales en gran parte de nuestra sociedad.  

          Hay diferentes puntos de vista sobre el tema.  Mientras  muchos coinciden en que ya no ven televisión con sus hijos sin tener el control en la mano,  para alcanzar a cambiar el canal ante una escena no apropiada; otros afirman que los niños no se dan cuenta o no entienden todavía las escenas. Incluso hay personas que les enseñan a sus hijos que la desnudez es totalmente natural y por lo tanto, no lo deben ver como algo malo.  En lo que seguramente estamos todos de acuerdo es que los puntos de rating reflejan, indudablemente, lo que más le gusta ver a los televidentes.  Las escenas de desnudos y sexo son las que marcan el punto más alto, lo que nos revela que son las favoritas.  Incluso han salido al aire escenas de sexo y desnudos entre dibujos animados para niños de 6 o 7 años.  Créalo, pues en nuestras manos está la respuesta de la carta que enviamos a Chilevisión, en la cual catalogan su error como “una promoción no adecuada”.  Ante estos argumentos resulta inevitable plantearse algunas preguntas ¿qué tan natural es el desnudo?  ¿Qué tiene de malo?  ¿Es apropiado para la formación de nuestros hijos que vean escenas de relaciones sexuales?  ¿Es beneficioso para nuestros hijos que vean escenas que incluyen groserías, violencia,  malos ejemplos y obscenidades?

          Lo más probable es que su respuesta dependa de su formación moral, de su educación e, indiscutiblemente,  de su creencia religiosa.   El diccionario Larousse define la palabra MORAL como:  Ciencia que enseña las reglas que deben seguirse para hacer el bien y evitar el mal.  En consecuencia, enl concepto de moral es algo muy variable de una persona a otra.   Algo puede ser muy bueno y entretenido para alguien, mientras que para otros es inaceptable.  ¿Será posible entonces que exista alguien que sea una autoridad incuestionable en lo que a moral se refiere?   El objetivo de este volante es que usted reciba la enseñanza de alguien que no puede equivocarse en sus juicios o estimaciones, un ser al cual no podemos imponerle una escala de valores, y que está libre de presiones, influencias e injusticias.  Sí, ese ser es Dios.    Él  nos ha establecido reglas y límites a nuestro actuar, las cuales quedaron registradas en las Sagradas Escrituras o Santa Biblia.   A la luz de la palabra del Señor podemos afirmar que la única  moral válida e incuestionable es la que él nos entrega a lo largo de sus enseñanzas y preceptos, es decir, la moral de Dios.   Los consejos, enseñanzas y mandamientos que el nos entrega para seguir el bien y evitar el mal.

       Recordemos lo que dice el salmista refiriéndose a los mandamientos del Señor: “La ley de Jehová es perfecta, que vuelve el alma: el testimonio de Jehová, fiel, que hace sabio al pequeño.  Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón: el precepto de Jehová, puro, que alumbra los ojos”  (Salmo 19: 7-8)   Indudablemente, todo lo que el Señor dejó establecido en su palabra es justo, fiel, perfecto, puro y recto.  En este punto es importante aclarar que aunque hay muchas leyes y estatutos que fueron establecidos para Israel,  estos nos manifiestan el juicio o la estimación del Señor sobre estos asuntos; nos hablan de cómo él considera estos actos.  Si Dios condenaba que entre los familiares descubrieran su desnudez,  como claramente está escrito (Levítico 18: 6 – 17 y 20: 19 – 23)  esto nos debe bastar para entender que no es del agrado de Dios, que las personas circulen desnudas en una protesta o como sucedió tiempo atrás con un fotógrafo extranjero que vino a sacar una fotografía de cientos de personas desnudas.    Queremos citar el caso de un hijo de Noé, que vio a su padre desnudo y fue maldecido por esa causa.  Esto sucedió mucho antes de que Dios entregara leyes a Israel, y ya en ese tiempo era una grave falta de respeto, ver la desnudez de los padres, como lo confirma el libro del Deuteronomio:  “Maldito el que deshonrare a su padre y a su madre” (Cáp. 27:16) Si  Dios condenaba estos actos dentro de la familia,  ¿cree usted que, en la actualidad a Dios le agrada que las personas se desnuden en  cualquier lugar o que nuestros hijos vean desnudos a personas que ni siquiera conocen?  La respuesta es evidente. 

           Medite usted en el siguiente contraste.  Los nudistas afirman que la ropa sólo sirve para atraer la atención erótica sobre el cuerpo, excitando un deseo sexual insano.  Es decir, piensan que la ropa es un mal elemento.  Ahora si usted lee los consejos del apóstol Pablo y del apóstol Pedro sobre la vestimenta de las mujeres cristianas, encontrará las palabras vergüenza y modestia, que son sinónimos de recato, pudor y falta de vanidad. (1 de Timoteo, cap. 2: 9 y 10;  1 de Pedro, cap. 3: 3 - 6)  La recomendación de los apóstoles es totalmente contraria al pensamiento nudista.  Si la ropa es un mal elemento, ¿no lo habría sabido el Señor? ¿No lo habría prohibido?  Es imposible que los nudistas tengan la razón y el Creador esté equivocado.  Si andar desnudo no tiene nada de malo, entonces no estarían estos consejos en la Biblia.   Además, si retrocedemos al principio de la historia ¿por qué Jehová hizo túnicas de pieles para Adam y  Eva  y los vistió, antes de sacarlos del huerto del Edén? (Génesis 3: 21) Además, existen una serie de leyes sobre la desnudez que Dios entregó a Israel en el Antiguo Testamento que condenan el desnudo. (Levítico, capítulo 18 y 20)  y si bien, eran leyes especiales para Israel, nos muestran como Dios considera estos asuntos.   Y para finalizar con el tema del desnudo, nuestros modelos como cristianos:  los profetas, el Señor Jesucristo y los apóstoles, nunca anduvieron desnudos por ahí o enseñaron a hacerlo.  Si alguien pretende ser cristiano y nudista al mismo tiempo, es que realmente no conoce al Dios en el cual dice creer.

            En una sociedad que se esmera en ser cada vez más avanzada, los  “moralistas” -como mal llaman a personas decentes que no quieren caer en el juego de la tolerancia-  son rechazados y catalogados como retrógrados. Muchas de las personas que están a favor del desnudo, de la promiscuidad, de la libertad sexual, el homosexualismo, etc., se consideran creyentes, cristianas o simplemente dicen saber que hay un ser superior en alguna parte.  Si usted es una de estas personas, es hora de que conozca verdaderamente al Dios al cual se refiere.  Si usted analiza el mensaje del Evangelio, se encontrará con que Dios, es amor y perdona al pecador, pero al pecador que se arrepiente y no al que persiste en su mal camino. Dios amó a todo el mundo.  Y precisamente envió a Jesús a morir por nosotros, para que nos arrepintiéramos y dejáramos de hacer lo malo, a fin de que nos perdone.  Si Dios fuera como la mayoría dice que es, estarían demás las palabras que Jesús le dijo a la mujer adúltera que iban a apedrear:  “Ni yo te condeno:  Vete y no peques más” (Juan 8:10 y 11) o lo que dijo al paralítico de Bethesda:  “He aquí has sido sanado;  no peques más, porque no te venga alguna cosa peor” (Juan 5:14)  

            La mayoría de los religiosos presentan un Dios tolerante a la permanencia del pecado.  La verdad es que el ser humano siempre quiere caracterizar a Dios a su manera.  No obstante, la  Biblia nos da testimonio de un Dios que excluye, es decir que deja afuera a los que no viven de acuerdo a sus enseñanzas o mandamientos.  Un ejemplo claro de esto lo encontramos en Levítico, en donde se establecía que los que consultaban los adivinos, los adúlteros, los sodomitas, idólatras,  etc., eran muertos por la ley de Jehová. (Cáp. 20: 6-13)  Dios al escoger a Israel como su pueblo, lo apartó de entre todos los pueblos de la tierra y les entregó leyes y estatutos y dejó fuera a todos los otros pueblos e incluso también estableció la endogamia y prohibió estrictamente que los israelitas emparentaran con los pueblos extranjeros.  ¿Habrá cambiado Dios?  ¿Acaso aceptará ahora el homosexualismo o la infidelidad?  ¿Aprobará ahora Dios lo que antes condenaba?  

          El apóstol Pablo dice: “¿No sabéis que los injustos no poseerán el reino de Dios? No erréis, que ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con hombres, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los robadores, heredarán el reino de Dios”.  Y el Apocalipsis, también dice: “Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, y los DISOLULTOS, y los homicidas, y los idólatras, y cualquiera que ama y hace mentira.” (Cáp. 22: 15).  Estos versículos nos confirman las leyes que Dios estableciera para Israel, nos prueban que Dios sigue excluyendo aquellas personas que no se convierten a lo que él estableció como justo, y nos confirman que el Señor está muy lejos del concepto que los religiosos han enseñado de él.  Estimado lector, probablemente no hayan sido de su agrado estas palabras, pero considere que nuestros argumentos son nada más que lo que Dios dejó establecido y no son fruto de nuestra invención.  Fíjese que la misma condenación se encuentra establecida para los homicidas, como para los disolutos.  El término DISOLUTO significa: licencioso, libertino, depravado, desenfrenado e inmoral.  Dios excluye de su reino y de la salvación del alma a las personas que practican la disolución, el adulterio o la “infidelidad”, el homosexualismo, etc.  Estos son pecados sumamente graves, que incluso nos dejan fuera del reino de Dios.  Y esto es lo que se muestra en televisión hoy día.  Y ni hablar de los programas faranduleros, en donde se envidian, critican, desprecian, humillan y “pelan” unos a otros como si nada.  Todas estas malas actitudes van en contra de lo que Jesús nos enseña en su palabra, sobre el amor al prójimo, la bondad, la humildad, la templanza y la mansedumbre.  Seguramente, toda esa gente que aparece en esos programas, ni siquiera conoce el significado de estas palabras. 

           Queremos incluir a las pandillas y tribus urbanas también, que manifiestan abiertamente soberbia, agresividad, violencia, vicios, inmoralidad, etc.  Incluso crímenes y golpizas entre los diferentes grupos.  En un reportaje en televisión, hace un tiempo habló una animadora de fiestas pokemonas.  Ella misma contó lo que hacían durante las fiestas los adolescentes chilenos:  se drogan, tienen sexo y se emborrachan.  Y resulta que ellos son el modelo que los niños y jóvenes chilenos siguen ¿Qué le parece?  ¿Quiere usted que sus hijos sigan estos ejemplos?

          Con todos estos argumentos bíblicos, no nos cabe duda que el contenido de la televisión en general,  no es adecuado ni para nosotros como cristianos, ni para la formación de nuestros hijos.  Queremos aclarar que existen excepciones en la televisión, como programas educativos, dibujos animados, programas infantiles, documentales, reportajes,  noticias, concursos y otros,  cuyo contenido no es el sexo, la violencia, las drogas, etc.  El tema da para pensar mucho, pero lo importante es que prime la moral que Dios nos enseña a todos los cristianos en su palabra y no lo que nosotros consideremos correcto.  Recuerde lo que le dijo Dios a Isaías: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos” (Cáp. 55. 8)   Ojalá no sea usted ese tipo de “cristianos” que creen en Dios, pero cuando la palabra de Dios, escrita en la Biblia va en contra de su propio pensamiento, opiniones o gustos, la rechazan o la tratan de acomodar para que la palabra se adecue a su estilo de vida.  Es tiempo de ser verdaderos cristianos.

        Que el Señor le bendiga, ahora y siempre.  Son nuestros sinceros deseos.

sábado, 28 de enero de 2012

IMITANDO A PABLO

                           IMITEMOS AL APÓSTOL PABLO

            “Sed  imitadores de mí, así como yo de Cristo” (1 de Corintios, 11: 1) es la frase que hemos elegido para comenzar este volante.  Frase que encierra una gran enseñanza que el apóstol Pablo dejó a todos los que se consideren cristianos, por lo tanto merece que hagamos un profundo análisis de ella. 

            Si una de sus cualidades es ser escudriñador de la Biblia, sabrá  que el apóstol  Pablo y muchos otros discípulos y apóstoles, cumplieron con esparcir la semilla del evangelio en forma esforzada y valiente e igualmente los santos profetas, llevando el mensaje divino a donde eran enviados.   Todos estos grandes hombres de Dios,  tuvieron que pasar las aflicciones y pruebas que son inherentes a la vida de un verdadero cristiano,  como lo dice bien, Pablo en el libro de los Hebreos: “otros experimentaron vituperios y azotes; y a mas de esto prisiones y cárceles; fueron apedreados, aserrados, tentados, muertos a cuchillo; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de oveja y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; de los cuales el mundo no era digno......” (Cap. 11: 35-38).  Pablo también tuvo que vivir pruebas y sufrimientos, como el mismo relata: “¿son ministros de Cristo? (Como poco sabio hablo.) Yo más: En trabajos más abundantes; en azotes sin medida; en cárceles más; en muertes muchas veces.  De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno.  Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado en lo profundo del mar; en caminos muchas veces, peligros de ríos, peligros de ladrones, peligro de los de mi nación,  peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en la mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajo y en fatiga, en muchas vigilias, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez; sin otras cosas además, lo que sobre mi se agolpa cada día, la solicitud de todas las iglesias.”  (2 de corintios 11: 23 – 28) Un hombre que después de haber sufrido todo esto, se mantenga fiel al señor y al evangelio, demuestra plenamente su convicción cristiana y fidelidad a toda prueba. 

              Otra faceta de la vida de Pablo y su ejemplo, es algo que quizás le sorprenderá un poco.   Citaremos el capítulo 18 del libro de los Hechos, versículo 1 al 3, que dice: “Pasadas estas cosas, Pablo partió de Atenas y vino a Corinto.  Y hallando un judío llamado Aquila, natural del ponto, que hacía poco que había venido de Italia y a Priscila su mujer, se vino a ellos; y porque era de su oficio, posó con ellos y trabajaba; porque el oficio de ellos era hacer tiendas".  En el mismo libro,  Pablo dice: “la plata, el oro o el vestido de nadie he codiciado.  Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario, y a los que están conmigo, estas manos me han servido.   En todo os he enseñado que, trabajando así, es necesario sobrellevar a los enfermos, y tener presente las palabras del Señor Jesús, el cual dijo: más bienaventurada cosa es dar que recibir.” (Hechos 20: 33-35)   Esta muy claro el hecho de que el apóstol Pablo trabajaba materialmente  ¿POR QUÉ Pablo TRABAJABA?  El mismo responde:  ni comimos el pan de ninguno de balde; antes obrando con trabajo y fatiga de noche y de día, por no ser gravosos a ninguno de vosotros; no porque no tuviésemos potestad sino por daros en nosotros un ejemplo, para que nos imitaseis.  Porque aun estando con vosotros, os denunciábamos esto: que si alguno no quisiere trabajar, tampoco coma”.   Pablo trabajaba para no ser gravoso a ninguno de los hermanos, es decir, para no ser una carga pesada y no ser molestia para nadie y enseñaba que todos siguieran su ejemplo y el que no quisiere trabajar, que no comiese.   Hay una concordancia “q” encabezando la frase “que si alguno no quisiere trabajar, tampoco coma  la cual nos lleva a génesis 3:19, que nos confirma que Pablo se refería directamente al trabajo material.  Y también nos lleva al libro primero de Tesalonicenses,  donde nuevamente insiste: “....y que procuréis tener quietud  y hacer vuestros negocios y obréis de vuestras manos de la  manera que os hemos mandado; a fin de que andéis honestamente para con los extraños y no necesitéis de nada” (cap. 4: 11-12)
              
El apóstol tenia facultad para ser sostenido materialmente por la iglesia, pero no usaba de ella, como lo explica el mismo: “si otros tienen en vosotros esta potestad, ¿no mas bien nosotros?  Mas no hemos usado de esta potestad: antes lo sufrimos todo, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo” (1 de corintios 9:12)  escudriñaremos la concordancia  “a” del versículo anterior, que nos conduce a lo siguiente: “no dando a nadie ningún escándalo,  para que el ministerio nuestro no sea vituperado.....”(2 de corintios 6:3)  y se desprende del versículo 12 lo siguiente: “mas lo que hago, haré aun, para cortar la ocasión de aquellos que la desean, a fin de que en aquello que se glorían, sean hallados semejantes a nosotros.  Porque estos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, transfigurándose en apóstoles de Cristo.”   Basándonos en lo anterior concluimos que Pablo trabajaba materialmente para no dar ocasión a que el ministerio fuera objeto de murmuraciones, criticas o fuera desaprobado y censurado por los que no eran cristianos.  No cabe duda que Pablo  estaba muy lejos de la ambición desmedida, del amor al dinero y a las dádivas, constituyendo así un ejemplo de honestidad para todos nosotros y estamos seguros que usted piensa lo mismo.   Referente al ultimo versículo citado y considerando que el tema es abordado por Pablo en gran parte del capitulo 11 del  libro segundo de Corintios, no hay que ser un genio para darse cuenta que los falsos hermanos u obreros fraudulentos, a los cuales Pablo se refiere y que se disfrazan de apóstoles de Cristo no son mas que los que andan deshonestamente, viviendo de los demás, amando el dinero, las dádivas y lo que es mas grave, desprestigiando el evangelio de Jesús.  

Pablo además, nos aconseja alejarnos de los que hacen tales cosas, como lo advierte en el libro de Filipenses: “Hermanos, sed imitadores de mí, y Mirad los que así anduvieren como nos tenéis por ejemplo.  Porque muchos andan, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo: cuyo fin será perdición, cuyo Dios es el vientre, y su gloria es en confusión; que sienten lo terreno.”  La cita “m” del versículo 19, nos lleva al siguiente pasaje bíblico: “y os ruego hermanos, que miréis a los que causan disensiones y escándalos  contra la doctrina que vosotros habéis aprendido; y apartaos de ellos.  Porque los tales no sirven al señor nuestro Jesucristo, sino a sus vientres, y con suaves palabras y bendiciones engañan los corazones de los simples  Hoy,  podemos ver con tristeza que las iglesias están llenas de enemigos de la cruz de Cristo y dentro de este gran número de gente hay líderes religiosos evangélicos que han llegado a decir que no están dispuestos a sufrir necesidades económicas y que se rebelan a ser pobres, argumentando que Dios es dueño de todas las riquezas y que por su condición de “hijo de Dios” no tienen por que pasar  por ese tipo de cosas.  Lo más grave de todo esto, es que los que afirman tales cosas son pastores, obispos o líderes  de iglesias  “evangélicas”, gente que imparte enseñanza espiritual a gran cantidad de personas y cuyos sermones o afirmaciones contradicen en muchos puntos lo establecido en la Santa Biblia.   Citaremos las Sagradas escrituras, nuevamente en la enseñanza del apóstol de los gentiles, en el libro de los Filipenses: “no lo digo en razón de indigencia, pues he aprendido a contentarme con lo que tengo.  Sé estar humillado y sé tener abundancia: en todo y por todo estoy enseñado, así para hartura como para hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.  Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.  Bíblicamente,  es sabido que parte ineludible de la cruz que todo verdadero cristiano debe cargar incluye pruebas, apuros económicos, injusticias, enfermedades, hambre, frío, cárceles, insultos, etc.  Recordemos todo lo que Pablo tuvo que pasar y que vimos anteriormente.  La pregunta del millón es la siguiente: ¿existirá alguno de estos falsos “pastores” que imite a Pablo?

Tristemente el evangelio de Jesús ha sido desprestigiado entre los gentiles, como está escrito,  pero más vergonzoso aun es que lo hagan los pastores o líderes, que supuestamente deberían dar el ejemplo.  Hemos escuchado a tantas personas decir: “los canutos son unos sinvergüenzas y piden plata todo el día” y a un pariente nuestro que nos dijo: “cuando quede sin pega, voy a hacerme pastor”.  Los que no conocen a Dios se dan cuenta que algo anda mal, sin siquiera haberlo comprobado en la Biblia como lo hicimos nosotros.  Si bien en el tiempo de Pablo se hacían colectas, como lo dice el libro de los romanos, en el capítulo 15, versículo 26; el dinero que se juntaba era para los pobres de los santos y no para otras cosas.  Hoy en radios y televisión piden dinero para levantar nuevas iglesias, comprar emisoras radiales y canales de televisión y solo una mínima parte va a los pobres.

  Si bien Pablo habla a los Gálatas, diciendo: “y el que es enseñado en la palabra, comunique en todos los bienes al que lo instruye” (Capitulo 6, versículo 6) este versículo nos lleva leer lo siguiente: “Así también ordenó el Señor a los que anuncian  el evangelio que vivan del evangelio. MAS YO DE NADA ESTO ME APROVECHÉ: NI TAMPOCO HE ESCRITO ESTO PARA QUE SE HAGA ASÍ CONMIGO, PORQUE TENGO POR MEJOR MORIR, ANTES QUE NADIE HAGA VANA ESTA MI GLORIA.” (1 de Corintios 9: 14 y 15)  Del versículo 14 se desprende la concordancia “f” que nos desplaza al evangelio según San Mateo capítulo 10: versículos 9 y 10,  donde el Señor dice que el obrero es digno de su alimento.  Nótese que la concordancia  “r” nos vuelve nuevamente al  1er. libro de los Corintios, capítulo 9, versículos 7 al 14 donde dice lo siguiente: “¿Quién jamás peleó a sus expensas? ¿Quién planta viñas, y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el ganado, y no come de la leche del ganado? ¿Digo esto según los hombres? ¿No dice esto también la ley? Porque en la ley de Moisés esta escrito: no pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes? ¿O dìcelo enteramente por nosotros? Pues por nosotros esta escrito: porque con esperanza ha de arar el que ara; y el que trilla, con esperanza  de recibir el fruto.  Si nosotros os sembramos lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos lo vuestro carnal?  Por lo anterior, la ayuda económica (que NO es el diezmo) a un pastor o líder que se dedica enteramente a la obra en forma esforzada y honesta es totalmente bíblica,  pero Pablo insiste en que debemos imitarlo y que andemos honestamente entre los extraños, a fin de no desprestigiar el ministerio.  Pablo no usaba de la facultad de ser sostenido por la iglesia, para que el ministerio no fuera desprestigiado y actualmente, hombres que son muy inferiores a Pablo y que ni siquiera cumplen con los requisitos y obligaciones de un pastor, hoy son mantenidos por sus iglesias y no solo mantenidos, sino que se han enriquecido con el dinero de los diezmos y ofrendas. 

      Hay pastores que cuando comenzaron a ejercer el cargo tenían una casa muy modesta y al correr del tiempo, tienen 2 o 3 casas bien equipadas, camionetas, autos, negocios, casa en la playa, parcelas e incluso empresas.  Y si hacemos una encuesta entre los pueblos de estos pastores, encontramos que hay gente arrendando piezas, ganando el sueldo mínimo, trabajando horas extras e incluso, cesantes, gente empeñosa y trabajadora, que junta dinero peso por peso para tener algún día su casa propia, mientras el pastor disfruta de la buena vida, que la mayoría de las veces, ni siquiera merece.  Muchos malos pastores en su vida habían viajado al extranjero y ahora recorren el mundo entero con el pretexto de ir a predicar el evangelio, alojándose en lujosos hoteles.  Ahora comparemos esto con el ejemplo que el  Señor Jesús nos entregó, naciendo en un pesebre y viviendo totalmente ajeno a cualquier tipo de lujos o comodidades que pudieran haber existido en ese tiempo.  Ni siquiera tenía donde recostar su cabeza, siendo el hijo de Dios y  estos hombres, que no tienen  punto de comparación con Jesús, se han  enriquecido haciendo del evangelio un verdadero negocio, en el cual sólo hay que tener poder de convencimiento, labia y carisma para conquistar a los fieles y hacerles soltar el dinero sin dolor.   Como se nota que sus seguidores poco o nada han ESCUDRIÑADO las Sagradas Escrituras, sobre todo el ejemplo que el apóstol Pablo nos dejó,  trabajando para no ser carga pesada a los hermanos y para no desprestigiar el evangelio, aconsejaba que todos debieran imitarlo y no andar deshonestamente entre los gentiles.   Y como se nota también que estos pastores han pasado por alto en forma muy conveniente las palabras del mismo apóstol, cuando dice: “porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar.  Así que, teniendo sustento y con qué cubrirnos, seamos contentos con esto.  Porque los que quieren enriquecerse, caen en tentación y lazo, y en muchas codicias locas y dañosas, que hunden a los hombres en perdición y muerte.  PORQUE EL AMOR DEL DINERO ES LA RAÍZ DE TODOS LOS MALES: EL CUAL CODICIANDO ALGUNOS, SE DESCAMINARON DE LA FE Y FUERON TRASPASADOS DE MUCHOS DOLORES” (1 DE TIMOTEO 6: 7 – 10)

Estos falsos hermanos u obreros fraudulentos no han seguido el ejemplo de Pablo, sino que se han aprovechado del evangelio para lucrarse usando una serie de versículos bíblicos (descontextualizados o tergiversados) para exigir el diezmo a sus fieles.  El diezmo no es exigido en ninguna parte del Nuevo Testamento.  En el Antiguo Testamento el diezmo servía para el sostenimiento de los Levitas, porque éstos no tenían herencia en la tierra en común con las otras tribus (Lev.  27: 30 – 33;  Núm. 18:21 32;  Dt. 14: 27 – 29)  Al tercer año  el diezmo de ese año era puesto a disposición también de los extranjeros, huérfanos y viudas. (Dt.  12: 5-7;  14: 22 – 29;  26: 12 – 14)  y este diezmo no era exigido en dinero, sino en cosecha y animales.  Por esto, el que el pasaje de Malaquias tan mal utilizado por estos falsos hermanos dice así: “Traed los diezmos al alfolí y haya ALIMENTO en mi casa”   El 10% del sueldo para el pastor, jefe o líder espiritual NO HA EXISTIDO NUNCA EN LA BIBLIA.  En 2 de Corintios, capítulo 9, versículo 7 Pablo dice claramente: “CADA UNO DÉ COMO PROPUSO EN SU CORAZÓN: no con tristeza o por necesidad;  porque Dios ama al dador alegre.”  Esto nos deja bastante claro que uno puede dar en forma libre, lo que uno sienta en su corazón y no, como una obligación de un 10%.

Le invitamos a imitar a Pablo y a no dejar de escudriñar la Santa Biblia.  Queremos aclarar que éstos falsos líderes que enseñan la doctrina de la “prosperidad”, no son cristianos genuinos.  Ellos captaron que el negocio era bueno y se “hicieron pastores”.  Ellos no predican el evangelio original.  Sin embargo y gracias al Señor, todavía quedan verdaderos pastores y hermanos que profesan el verdadero evangelio, que se entrega gratuitamente.  Que Dios le bendiga,  y abra su mente y su corazón para atesorar estas verdades que nos advierten que no nos dejemos engañar y que no creamos a toda palabra.
                                                                                                                                                Enero de 2012.


El Diezmo y sus Beneficiados

EL DIEZMO PROTESTANTE ACTUAL: ¿UN MANDATO DE DIOS O UN GRAN FRAUDE?
     
          Aunque suene algo fuerte lo que escribire en este analisis, dire tajantemente que el diezmo se pide por 2 razones, la orimera es por ignorancia escritural, y la segunda es por sinverguenzura y nulo temor a Dios, no existe otro fundamento para pedir los diezmos en las congregaciones.

          Estamos convencidos de que varias personas tienen muy clara la respuesta a la pregunta formulada,  nos es necesario informar a aquellos que todavía están seguros y con la palabra de Dios como principal fundamento, poder despejar las dudas y temores que hoy afectan a los cristianos genuinos.   

       En el diccionario de la Real Academia Española (R.A.E.), encontramos el significado de la palabra diezmo (el segundo significado, relacionado con la iglesia): “Parte de los frutos, regularmente la décima, que pagaban los fieles a la iglesia”.  Utilizaremos, como siempre, la Biblia Reina-Valera, 1909.

        Una de las referencias al diezmo, la encontramos en el libro de Levítico: “y todas las décimas de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová son: es cosa consagrada a Jehová y si alguno quisiere redimir algo de sus décimas, añadirá su quinto a ello.  Y toda décima de vacas o de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara, la décima será consagrada a Jehová.” (Capítulo 27, Versículos 30 al 32).
 
       También citaremos Números, capítulo 18: 21, que dice: “y he aquí yo he dado a los hijos de Levi todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo del testimonio.”  Es conveniente también citar lo que dice el capítulo 14 de Deuteronomio: “Y no desampararás  al Levita que habitare en tus poblaciones;  porque no tiene parte ni heredad contigo.  Al cabo de cada tres años sacarás TODO EL DIEZMO DE TUS PRODUCTOS de aquel año, y lo guardarás en tus ciudades.  Y vendrá el Levita, que no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero, y el huérfano, y la viuda, que hubiere en tus poblaciones, y comerán serán saciados;  para que Jehová tu Dios te bendiga en toda obra de tus manos que hicieres.”

          Solo leyendo los párrafos anteriores que contienen tres citas bíblicas, la misma palabra de Dios nos  prueba importantes aspectos del diezmo.  En primer lugar, el diezmo era agrícola y ganadero (cosechas y animales) y no en dinero.  En segundo lugar, el diezmo fue establecido para el sustento de los Levitas, que no tenían heredad en la tierra en común con las otras tribus de Israel y también para los necesitados.  En ninguna parte de estos pasajes bíblicos se habla del 10% del sueldo en dinero.

          Existen varios versículos bíblicos que confirman que el diezmo se daba en productos de la tierra o agrícolas y no en dinero.  Por ejemplo, en Deuteronomio: “Indispensablemente diezmarás todo el producto de tu simiente, que rindiere el campo cada año.  Y comerás delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere para hacer habitar allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y los primerizos de tus manadas, y de tus ganados para que aprendas a temer a Jehová tu Dios todos los días.” (Versículos 22 y 23)  Otro pasaje es el de Deuteronomio, capítulo 26, versículos 12 y 13, donde dice: “Cuando hubieres acabado de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás también al Levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda;  y comerán en tus villas y se saciarán. ….” 

         Como usted puede darse cuenta, el diezmo nunca fue establecido en dinero y el pasaje de Malaquias 3, que es tan utilizado por los pastores o líderes que piden diezmos, confirma esta verdad bíblica.  Este pasaje dice: “¿Robará el hombre a Dios?  Pues vosotros me habéis robado.  Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado?  Los diezmos y las primicias.  Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.  Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa;  y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y vaciaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.”

       Claramente Dios esta hablándole a un nación (país) y no a la iglesia, pero hoy día los pastores inescrupulosos, enseñan a diezmar a la congregación, y así ellos vivir reposadamente sin preocuparse de trabajar,  este pasaje habla de traer los diezmos al alfolí (granero) y de que haya alimento en la casa de Dios.  Aquí, públicamente el Señor reprende a los que, en ese tiempo, no traían sus diezmos al alfolí, que era el alimento de los Levitas y necesitados.  De ningún modo habla de un porcentaje de dinero.  

      Este pasaje bíblico es clave para saber cuál es la forma de dar que se nos enseña en el Nuevo Testamento.   Si usted sigue la concordancia “p” del pasaje de Malaquias 3, que nos habla del diezmo en el Antiguo Testamento, descubrirá que nos lleva a 2 de Corintios 9: 6-8, del cual extraemos el versículo 7 que dice manifiestamente:  “Cada uno dé como propuso en su corazón:  no con tristeza o por necesidad;   porque Dios ama el dador alegre.” Este es el modo de dar, lo que uno propuso en su corazón y con alegría.”  ¿Cuántos hermanos hoy dan el diezmo por obligación y no con alegría?  ¿Cuántos entregan los diezmos a cambio de la bendición del Señor o para no ser catalogados de “ladrones”?

          El diezmo era una ley establecida por Jehová, dentro del pueblo de Israel, para el sustento de los Levitas y necesitados y era entregado en cosechas y animales.  Usted se preguntará entonces ¿Por qué gran cantidad de pastores evangélicos piden diezmos en la actualidad?  
      En ninguna parte del Nuevo Testamento, ni el Señor Jesucristo, ni los apóstoles enseñan a diezmar y mucho menos que es el 10% del salario.  La palabra “diezmo” se menciona en tres partes en el Nuevo Testamento.  Se habla de los fariseos que lo daban (Mateo 23: 23 y Lucas 11, 42), porque todos sabemos que ellos se vanagloriaban en guardar la ley de Moisés.  En Lucas 18: 12 al 14, tenemos al fariseo que se jactaba de dar el diezmo y de ser mejor que los demás y no resultó justificado, ni bendecido.  Las otras veces que se nombra el diezmo es en la carta de Pablo a los Hebreos y es el que da por única vez Abraham a Melchisedec  y era parte de un botín de guerra. (Y dicho sea de paso NO ERA DINERO)

          Lamentablemente, mucho pueblo de Dios y no lo decimos con el propósito de ofender, tiene poco conocimiento de la Escritura, entonces opta por lo más fácil que es aceptar todo lo que su pastor diga sin siquiera comprobar si lo que está hablando o enseñando se enmarca en la Biblia.  A muchos les es más fácil escuchar la radio que sentarse un rato a escudriñar la Biblia y de esta forma se han transmitido muchos errores que el pueblo de Dios ha aceptado como “verdades”.  Es vergonzoso hoy día en iglesias evangélicas cómo se tergiversa o se descontextualiza la Biblia para manipular a los hermanos que no se preocupan de comprobar lo que se les enseña.

          Los pastores evangélicos que piden diezmos se han armado de una serie de argumentos bíblicos sacados de contexto o derechamente tergiversados para defender su postura.  Uno de los versículos más usados para hacer sentir miserables a sus ovejas con el asunto del diezmo es el de Malaquias 3, que ya citamos en el párrafo arriba ya leido.  Con este versículo, sacado de contexto,  tratan de “ladrones” a los que no dan los diezmos.  Se les olvida a estas personas que ya no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia.  Es necesario recordarles que no estamos en el antiguo pacto, sino en el nuevo.  Porque si pretenden hacer creer que el diezmo hay que darlo hoy, entonces tendríamos que guardar toda la ley de Moisés, tendríamos que sacrificar animales y matar a todos los hijos rebeldes, los sodomitas, los adúlteros, los idólatras, etc.  Y una serie de leyes más.  Se fija, estimado lector, que los que piden el diezmo sólo escogen algunas cosas muy convenientes de la ley de Moisés.

          Otro argumento que utilizan los defensores del diezmo, son pasajes como Gálatas 6:6, donde dice: “y el que es enseñado en la palabra, comunique en todos los bienes al que lo instruye”.  Nuevamente, no aparece el porcentaje que ellos piden.  Lo que dice aquí es que una persona que se dedica al evangelio es digna del sustento y no de una cuota del 10 % o de que le den dinero.  Además, una persona que ha sido convencida de entregar su diezmo, no está siendo instruida en la palabra, puesto que la misma palabra nos enseña que el diezmo no es para estos tiempos y además, nos enseña la forma correcta de dar.  Y como ha sido engañada con múltiples pasajes bíblicos tergiversados o sacados de contexto, no estaría obligado a dar su ayuda u ofrendas a este tipo de personas, porque evidentemente no está siendo enseñada en la verdad de la palabra de Dios. 

      En Gálatas 6: 6, hay una concordancia “c” que nos lleva a 1ª de Corintios 9:14, que dice: “Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio”.  Otra vez, no se habla aquí del 10% del sueldo.  Este pasaje forma parte de la enseñanza de Pablo respecto al tema.  Pero estos astutos pastores no leen el versículo en el contexto, pues no les conviene.  Si leyeran este versículo dentro del contexto leerían lo siguiente: “Si otros tienen en vosotros esta potestad, ¿no mas bien nosotros?  Más no hemos usado de esta potestad (de la potestad de vivir del evangelio): antes lo sufrimos todo, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo.  ¿No sabéis que los que trabajan en el santuario, comen del santuario; y que los que sirven al altar, del altar participan?  Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.  Mas yo de nada me aproveché: ni tampoco he escrito esto para que se haga así conmigo;  porque tengo por mejor morir, antes que nadie haga vana esta mi gloria.”  Claramente, el apóstol nos enseña que evitaba usar de la potestad de vivir del evangelio para no poner obstáculo al evangelio y que no se aprovechaba de dicha potestad.

          Citaremos lo que Pablo enseñaba contra el desorden.   En 2 de Tesalonicenses, en el capítulo 3, versículos 6 al 11, dice:  “Empero os denunciamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que anduviere fuera de orden, y no conforme a la doctrina que recibieron de nosotros:  Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos:  porque no anduvimos desordenadamente entre vosotros, ni comimos el pan de ninguno de balde;  antes, obrando con trabajo y fatiga de noche y de día, por no ser gravosos (carga) a ninguno de vosotros; no porque no tuviésemos potestad, sino por daros en nosotros un dechado (ejemplo), para que nos imitaseis.  Porque aun estando con vosotros, os denunciábamos esto: que si alguno no quisiere trabajar, tampoco coma.  Porque oímos que andan algunos entre vosotros fuera de orden, no trabajando en nada, sino ocupados en curiosear.”

       Hay una concordancia “q” que nos lleva a Génesis 3: 19, donde se nos aclara que el trabajo al que Pablo se refiere es el trabajo MATERIAL.  Esto es confirmado en Los Hechos 20: 34, donde el apóstol dice: “Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario, y a los que están conmigo, estas manos me han servido.”  La cita “j” de este versículo nos lleva a Los Hechos 18: 3, donde dice: “…..y  porque era de su oficio, posó con ellos, y TRABAJABA;  porque el oficio de ellos era hacer tiendas.”  Estimado lector, como usted puede comprobar Pablo trabajaba, a pesar de que tenía potestad de vivir del evangelio (no de recibir diezmos, sino de ser sustentado) y esto lo hacía para  poner el ejemplo y no poner obstáculo al evangelio.  Y además, enseñaba que el que no quería trabajar tampoco comiera.  ¿Por qué los líderes defensores del diezmo no imitan a Pablo?  Porque si Pablo trabajaba (y sabemos que Pablo era muy superior a muchos pastores de hoy)  ¿Por qué ellos no pueden trabajar?  Se fija, estimado lector, que no hay impedimento para que los líderes religiosos trabajen materialmente.  De hecho, nosotros tenemos un vecino que es pastor, no pide diezmos y trabaja en un consultorio como guardia.  Igual tiene tiempo de hacer reuniones, visitar enfermos y dedicarse a la obra del Señor.

          Es tan evidente que muchas iglesias son verdaderos negocios, que tal vez usted no se sorprenda con esto: tanta es la ambición de algunos ministerios “evangélicos” que cuando uno entra a ciertas iglesias inmediatamente le piden la liquidación de sueldo para calcular el diezmo.  Increíble.  Lamentablemente,  también se han dado casos de pastores que comenzaron bien su ministerio, como el pastor Marcos Morales Chávez del Ministerio Cruzada de Poder.  Este varón, en el año 2000 aseguraba que nunca iba a publicar el número de una cuenta para pedir dinero, porque no era ético.  Que si alguien quería su cuenta, la daría en forma privada.  Y actualmente, cambió su discurso y ahora no tiene ningún problema en publicar una cuenta para que los oyentes depositen sus aportes. Es más,  habia un spot publicitario en la radio que habla de que en 47 meses se terminan de pagar las cuotas de la adquisición de la radio Yungay (ahora llamada Palabra Viva).  Lo más curioso del caso es que esta publicidad de los 47 meses estuvó al aire por mas de 25 meses y siguen faltando 47 meses.    Sus seguidores estában tan ciegos que  no se daban cuenta de esta evidente irregularidad y falta de transparencia. 

          Otro caso es lo que sucedió en la iglesia Jotabeche, donde hubo peleas (que además se hicieron públicas) por quedarse con el cargo de obispo que quedó cuando el pastor Javier Vásquez Valencia falleció años atrás.  El motivo detrás de la  disputa eran los millones que reunían recolectando diezmos en todos sus circuitos.   Un caso similar sucedió en la iglesia Impacto de Dios, donde el “pastor”  Ricardo Cid peleó con su propia hermana para quedarse con los diezmos que reunían en su iglesia, cuyo valor ascendía a 90 millones de pesos, llegando incluso a los tribunales de justicia.  Bien puesto el nombre del ministerio.  Ojalá el impacto hubiera sido por buenas obras o excelente conducta.

           Tal vez usted recuerde el ministerio llamado Vida Visión, liderado por el  autodenominado “apóstol” Alejandro Martínez (ahora coch-motivacional),  quien con su inseparable amigo Jimmy Subarzo pretendían comprar en canal 2 de televisión abierta.  Por años estuvieron pidiendo y recibiendo ofrendas, diezmos, donaciones y al final,  nunca compraron el canal ¿qué pasó con el dinero?  Sólo Dios sabe, porque no creemos que lo hayan devuelto a sus seguidores.   Estos personajes tienen mal testimonio y predican el falso evangelio de la prosperidad, tal como el ministerio Pare de Sufrir.  Si usted no conoce el humilde hogar de su obispo, don Edir Macedo, le invitamos a buscarlo en la Web.  Y se dará cuenta lo que hace este hombre con los diezmos y ofrendas que pide.  Y para qué hablar de Fernando Chaparro o de los internacionales  Cash Luna, Morris Cerulos, Guillermo Maldonado, Dante Gebel, Cesar Castellanos, Dina Santa María, Di Roco y nos faltaría espacio para seguir escribiendo sobre falsos hermanos que han lucrado con el asunto del diezmo. Es tal la evidencia que aún los cantantes mundanos saben que el diezmo es un fraude.

          Los pastores que defienden el diezmo, no tienen argumentos sólidos para sostener su postura.  ¿Ha escuchado usted a alguno de ellos predicando sobre el ejemplo de Pablo, que no usaba la potestad de vivir del evangelio y trabajaba para ser un ejemplo?  La respuesta es obvia.  El hecho de que un pastor pida diezmos, sea obligatorio o voluntario, engendra una consecuencia muy grave para el ministerio y es que las personas crean cada vez menos, porque ven como muchos pastores se han enriquecido con el dinero de los diezmos y esta es una realidad que nadie puede negar. 

      El evangelio ha sido desprestigiado, sobre todo por los predicadores de la prosperidad.  Por eso Pablo no usaba de la potestad de vivir del evangelio, sino que trabajaba por no poner obstáculo al evangelio de Jesucristo.   Sabemos, como humanos, que cuando hay dinero de por medio, se generan muchas desconfianzas, pleitos y ambiciones que no edifican, sino que destruyen.  Por eso, todos los pastores deben imitar a Pablo, quien trabajaba con sus manos y evitaba ser mantenido por la iglesia.  Y si este apóstol trabajaba ¿por qué no pueden hacerlo los pastores en la actualidad?    Muchos pastores usan el diezmo para comprarse casas, autos, viajar y tener una vida cómoda.  Otros los usan para pagar espacios en televisión y radios.  Probablemente, algunos se pregunten  ¿pero cómo puedo solventar los gastos, si no pido diezmos?  Se olvidan que Dios conoce nuestras necesidades y las cubre.  Se olvidan del ejemplo de Nehemías al cual se le proveyó todo para reconstruir Jerusalem.  o como Dios proveyó a la viuda de sarepta de sidon, a la cual no le faltó la harina y el aceite por un año, Al Señor le sobran los recursos para cubrir la parte financiera de sus hijos.  Bastaría con lo que cada hermano proponga en su corazón y con el respaldo del Señor nada nos faltaría.  la frase: "para gastos y sostenimientos de la obra" es tan comun hoy en los pueblos que dicen ser evangelicos.
    Querido hermano en Cristo Jesús, muchos pueblos denominados evangélicos, se caracterizan por arrendar locales para realizar sus reuniones, entonces pasan años arrendando y no juntan el dinero para comprar un lugar y establecer allí su lugar de adoración. pregunta ¿que pasaría si alrededor de cinco años juntaran el dinero y se compraran el local?, la respuesta es mas que evidente, se acabaría el negocio.

         Ahora, con esto no estamos diciendo que usted no debe dar para el Señor, porque pasaríamos a fomentar la avaricia o  la ambición que Dios condena , es necesario hacer colectas en las congregaciones tal como lo enseña Pablo, algo que salga de un corazón con gratitud, no con tristeza, no obligado por una ley que caducó hace mas de 2000 años, los que decimos ser Cristianos no podemos cerrar nuestra mano al pobre, a las viudas a los huérfanos y menesterosos que siempre habrán entre nosotros. 

          Le invitamos a comparar y comprobar estos pasajes bíblicos y concluimos en decir que el 10% del sueldo en dinero nunca fue establecido por Dios en la Biblia y que la forma de dar hoy es lo que usted disponga en su corazón y con alegría, tal como el apóstol Pablo lo enseña.  Y la respuesta a la pregunta que encabeza este volante es más que evidente.  

          Este escrito fue subido a la red en el año 2012, estamos en enero de 2016 y hasta este momento no ha habido ninguna refutacion de parte de los lideres que reciben diezmos y primicias y toda clase de prebendas, al contrario una verdadera hermana en en la fe ha sido la unica que nos ha escrito apoyando la postura bíblica
la honra y la gloria solo es para nuestro salvador Jesucristo.


SANTIAGO, 2012.