IMITEMOS AL APÓSTOL PABLO
“Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo” (1 de Corintios, 11: 1) es la frase que hemos elegido para comenzar este volante. Frase que encierra una gran enseñanza que el apóstol Pablo dejó a todos los que se consideren cristianos, por lo tanto merece que hagamos un profundo análisis de ella.
Si una de sus cualidades es ser escudriñador de la Biblia , sabrá que el apóstol Pablo y muchos otros discípulos y apóstoles, cumplieron con esparcir la semilla del evangelio en forma esforzada y valiente e igualmente los santos profetas, llevando el mensaje divino a donde eran enviados. Todos estos grandes hombres de Dios, tuvieron que pasar las aflicciones y pruebas que son inherentes a la vida de un verdadero cristiano, como lo dice bien, Pablo en el libro de los Hebreos: “otros experimentaron vituperios y azotes; y a mas de esto prisiones y cárceles; fueron apedreados, aserrados, tentados, muertos a cuchillo; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de oveja y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; de los cuales el mundo no era digno......” (Cap. 11: 35-38). Pablo también tuvo que vivir pruebas y sufrimientos, como el mismo relata: “¿son ministros de Cristo? (Como poco sabio hablo.) Yo más: En trabajos más abundantes; en azotes sin medida; en cárceles más; en muertes muchas veces. De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado en lo profundo del mar; en caminos muchas veces, peligros de ríos, peligros de ladrones, peligro de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en la mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajo y en fatiga, en muchas vigilias, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez; sin otras cosas además, lo que sobre mi se agolpa cada día, la solicitud de todas las iglesias.” (2 de corintios 11: 23 – 28) Un hombre que después de haber sufrido todo esto, se mantenga fiel al señor y al evangelio, demuestra plenamente su convicción cristiana y fidelidad a toda prueba.
Otra faceta de la vida de Pablo y su ejemplo, es algo que quizás le sorprenderá un poco. Citaremos el capítulo 18 del libro de los Hechos, versículo 1 al 3, que dice: “Pasadas estas cosas, Pablo partió de Atenas y vino a Corinto. Y hallando un judío llamado Aquila, natural del ponto, que hacía poco que había venido de Italia y a Priscila su mujer, se vino a ellos; y porque era de su oficio, posó con ellos y trabajaba; porque el oficio de ellos era hacer tiendas". En el mismo libro, Pablo dice: “la plata, el oro o el vestido de nadie he codiciado. Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario, y a los que están conmigo, estas manos me han servido. En todo os he enseñado que, trabajando así, es necesario sobrellevar a los enfermos, y tener presente las palabras del Señor Jesús, el cual dijo: más bienaventurada cosa es dar que recibir.” (Hechos 20: 33-35) Esta muy claro el hecho de que el apóstol Pablo trabajaba materialmente ¿POR QUÉ Pablo TRABAJABA? El mismo responde: “ni comimos el pan de ninguno de balde; antes obrando con trabajo y fatiga de noche y de día, por no ser gravosos a ninguno de vosotros; no porque no tuviésemos potestad sino por daros en nosotros un ejemplo, para que nos imitaseis. Porque aun estando con vosotros, os denunciábamos esto: que si alguno no quisiere trabajar, tampoco coma”. Pablo trabajaba para no ser gravoso a ninguno de los hermanos, es decir, para no ser una carga pesada y no ser molestia para nadie y enseñaba que todos siguieran su ejemplo y el que no quisiere trabajar, que no comiese. Hay una concordancia “q” encabezando la frase “que si alguno no quisiere trabajar, tampoco coma” la cual nos lleva a génesis 3:19, que nos confirma que Pablo se refería directamente al trabajo material. Y también nos lleva al libro primero de Tesalonicenses, donde nuevamente insiste: “....y que procuréis tener quietud y hacer vuestros negocios y obréis de vuestras manos de la manera que os hemos mandado; a fin de que andéis honestamente para con los extraños y no necesitéis de nada” (cap. 4: 11-12)
El apóstol tenia facultad para ser sostenido materialmente por la iglesia, pero no usaba de ella, como lo explica el mismo: “si otros tienen en vosotros esta potestad, ¿no mas bien nosotros? Mas no hemos usado de esta potestad: antes lo sufrimos todo, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo” (1 de corintios 9:12) escudriñaremos la concordancia “a” del versículo anterior, que nos conduce a lo siguiente: “no dando a nadie ningún escándalo, para que el ministerio nuestro no sea vituperado.....”(2 de corintios 6:3) y se desprende del versículo 12 lo siguiente: “mas lo que hago, haré aun, para cortar la ocasión de aquellos que la desean, a fin de que en aquello que se glorían, sean hallados semejantes a nosotros. Porque estos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, transfigurándose en apóstoles de Cristo.” Basándonos en lo anterior concluimos que Pablo trabajaba materialmente para no dar ocasión a que el ministerio fuera objeto de murmuraciones, criticas o fuera desaprobado y censurado por los que no eran cristianos. No cabe duda que Pablo estaba muy lejos de la ambición desmedida, del amor al dinero y a las dádivas, constituyendo así un ejemplo de honestidad para todos nosotros y estamos seguros que usted piensa lo mismo. Referente al ultimo versículo citado y considerando que el tema es abordado por Pablo en gran parte del capitulo 11 del libro segundo de Corintios, no hay que ser un genio para darse cuenta que los falsos hermanos u obreros fraudulentos, a los cuales Pablo se refiere y que se disfrazan de apóstoles de Cristo no son mas que los que andan deshonestamente, viviendo de los demás, amando el dinero, las dádivas y lo que es mas grave, desprestigiando el evangelio de Jesús.
Pablo además, nos aconseja alejarnos de los que hacen tales cosas, como lo advierte en el libro de Filipenses: “Hermanos, sed imitadores de mí, y Mirad los que así anduvieren como nos tenéis por ejemplo. Porque muchos andan, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo: cuyo fin será perdición, cuyo Dios es el vientre, y su gloria es en confusión; que sienten lo terreno.” La cita “m” del versículo 19, nos lleva al siguiente pasaje bíblico: “y os ruego hermanos, que miréis a los que causan disensiones y escándalos contra la doctrina que vosotros habéis aprendido; y apartaos de ellos. Porque los tales no sirven al señor nuestro Jesucristo, sino a sus vientres, y con suaves palabras y bendiciones engañan los corazones de los simples” Hoy, podemos ver con tristeza que las iglesias están llenas de enemigos de la cruz de Cristo y dentro de este gran número de gente hay líderes religiosos evangélicos que han llegado a decir que no están dispuestos a sufrir necesidades económicas y que se rebelan a ser pobres, argumentando que Dios es dueño de todas las riquezas y que por su condición de “hijo de Dios” no tienen por que pasar por ese tipo de cosas. Lo más grave de todo esto, es que los que afirman tales cosas son pastores, obispos o líderes de iglesias “evangélicas”, gente que imparte enseñanza espiritual a gran cantidad de personas y cuyos sermones o afirmaciones contradicen en muchos puntos lo establecido enla Santa Biblia. Citaremos las Sagradas escrituras, nuevamente en la enseñanza del apóstol de los gentiles, en el libro de los Filipenses: “no lo digo en razón de indigencia, pues he aprendido a contentarme con lo que tengo. Sé estar humillado y sé tener abundancia: en todo y por todo estoy enseñado, así para hartura como para hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” Bíblicamente, es sabido que parte ineludible de la cruz que todo verdadero cristiano debe cargar incluye pruebas, apuros económicos, injusticias, enfermedades, hambre, frío, cárceles, insultos, etc. Recordemos todo lo que Pablo tuvo que pasar y que vimos anteriormente. La pregunta del millón es la siguiente: ¿existirá alguno de estos falsos “pastores” que imite a Pablo?
Pablo además, nos aconseja alejarnos de los que hacen tales cosas, como lo advierte en el libro de Filipenses: “Hermanos, sed imitadores de mí, y Mirad los que así anduvieren como nos tenéis por ejemplo. Porque muchos andan, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo: cuyo fin será perdición, cuyo Dios es el vientre, y su gloria es en confusión; que sienten lo terreno.” La cita “m” del versículo 19, nos lleva al siguiente pasaje bíblico: “y os ruego hermanos, que miréis a los que causan disensiones y escándalos contra la doctrina que vosotros habéis aprendido; y apartaos de ellos. Porque los tales no sirven al señor nuestro Jesucristo, sino a sus vientres, y con suaves palabras y bendiciones engañan los corazones de los simples” Hoy, podemos ver con tristeza que las iglesias están llenas de enemigos de la cruz de Cristo y dentro de este gran número de gente hay líderes religiosos evangélicos que han llegado a decir que no están dispuestos a sufrir necesidades económicas y que se rebelan a ser pobres, argumentando que Dios es dueño de todas las riquezas y que por su condición de “hijo de Dios” no tienen por que pasar por ese tipo de cosas. Lo más grave de todo esto, es que los que afirman tales cosas son pastores, obispos o líderes de iglesias “evangélicas”, gente que imparte enseñanza espiritual a gran cantidad de personas y cuyos sermones o afirmaciones contradicen en muchos puntos lo establecido en
Tristemente el evangelio de Jesús ha sido desprestigiado entre los gentiles, como está escrito, pero más vergonzoso aun es que lo hagan los pastores o líderes, que supuestamente deberían dar el ejemplo. Hemos escuchado a tantas personas decir: “los canutos son unos sinvergüenzas y piden plata todo el día” y a un pariente nuestro que nos dijo: “cuando quede sin pega, voy a hacerme pastor”. Los que no conocen a Dios se dan cuenta que algo anda mal, sin siquiera haberlo comprobado en la Biblia como lo hicimos nosotros. Si bien en el tiempo de Pablo se hacían colectas, como lo dice el libro de los romanos, en el capítulo 15, versículo 26; el dinero que se juntaba era para los pobres de los santos y no para otras cosas. Hoy en radios y televisión piden dinero para levantar nuevas iglesias, comprar emisoras radiales y canales de televisión y solo una mínima parte va a los pobres.
Si bien Pablo habla a los Gálatas, diciendo: “y el que es enseñado en la palabra, comunique en todos los bienes al que lo instruye” (Capitulo 6, versículo 6) este versículo nos lleva leer lo siguiente: “Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio que vivan del evangelio. MAS YO DE NADA ESTO ME APROVECHÉ: NI TAMPOCO HE ESCRITO ESTO PARA QUE SE HAGA ASÍ CONMIGO, PORQUE TENGO POR MEJOR MORIR, ANTES QUE NADIE HAGA VANA ESTA MI GLORIA.” (1 de Corintios 9: 14 y 15) Del versículo 14 se desprende la concordancia “f” que nos desplaza al evangelio según San Mateo capítulo 10: versículos 9 y 10, donde el Señor dice que el obrero es digno de su alimento. Nótese que la concordancia “r” nos vuelve nuevamente al 1er. libro de los Corintios, capítulo 9, versículos 7 al 14 donde dice lo siguiente: “¿Quién jamás peleó a sus expensas? ¿Quién planta viñas, y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el ganado, y no come de la leche del ganado? ¿Digo esto según los hombres? ¿No dice esto también la ley? Porque en la ley de Moisés esta escrito: no pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes? ¿O dìcelo enteramente por nosotros? Pues por nosotros esta escrito: porque con esperanza ha de arar el que ara; y el que trilla, con esperanza de recibir el fruto. Si nosotros os sembramos lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos lo vuestro carnal? Por lo anterior, la ayuda económica (que NO es el diezmo) a un pastor o líder que se dedica enteramente a la obra en forma esforzada y honesta es totalmente bíblica, pero Pablo insiste en que debemos imitarlo y que andemos honestamente entre los extraños, a fin de no desprestigiar el ministerio. Pablo no usaba de la facultad de ser sostenido por la iglesia, para que el ministerio no fuera desprestigiado y actualmente, hombres que son muy inferiores a Pablo y que ni siquiera cumplen con los requisitos y obligaciones de un pastor, hoy son mantenidos por sus iglesias y no solo mantenidos, sino que se han enriquecido con el dinero de los diezmos y ofrendas.
Hay pastores que cuando comenzaron a ejercer el cargo tenían una casa muy modesta y al correr del tiempo, tienen 2 o 3 casas bien equipadas, camionetas, autos, negocios, casa en la playa, parcelas e incluso empresas. Y si hacemos una encuesta entre los pueblos de estos pastores, encontramos que hay gente arrendando piezas, ganando el sueldo mínimo, trabajando horas extras e incluso, cesantes, gente empeñosa y trabajadora, que junta dinero peso por peso para tener algún día su casa propia, mientras el pastor disfruta de la buena vida, que la mayoría de las veces, ni siquiera merece. Muchos malos pastores en su vida habían viajado al extranjero y ahora recorren el mundo entero con el pretexto de ir a predicar el evangelio, alojándose en lujosos hoteles. Ahora comparemos esto con el ejemplo que el Señor Jesús nos entregó, naciendo en un pesebre y viviendo totalmente ajeno a cualquier tipo de lujos o comodidades que pudieran haber existido en ese tiempo. Ni siquiera tenía donde recostar su cabeza, siendo el hijo de Dios y estos hombres, que no tienen punto de comparación con Jesús, se han enriquecido haciendo del evangelio un verdadero negocio, en el cual sólo hay que tener poder de convencimiento, labia y carisma para conquistar a los fieles y hacerles soltar el dinero sin dolor. Como se nota que sus seguidores poco o nada han ESCUDRIÑADO las Sagradas Escrituras, sobre todo el ejemplo que el apóstol Pablo nos dejó, trabajando para no ser carga pesada a los hermanos y para no desprestigiar el evangelio, aconsejaba que todos debieran imitarlo y no andar deshonestamente entre los gentiles. Y como se nota también que estos pastores han pasado por alto en forma muy conveniente las palabras del mismo apóstol, cuando dice: “porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y con qué cubrirnos, seamos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse, caen en tentación y lazo, y en muchas codicias locas y dañosas, que hunden a los hombres en perdición y muerte. PORQUE EL AMOR DEL DINERO ESLA RAÍZ DE TODOS LOS MALES: EL CUAL CODICIANDO ALGUNOS, SE DESCAMINARON DE LA FE Y FUERON TRASPASADOS DE MUCHOS DOLORES” (1 DE TIMOTEO 6: 7 – 10)
Hay pastores que cuando comenzaron a ejercer el cargo tenían una casa muy modesta y al correr del tiempo, tienen 2 o 3 casas bien equipadas, camionetas, autos, negocios, casa en la playa, parcelas e incluso empresas. Y si hacemos una encuesta entre los pueblos de estos pastores, encontramos que hay gente arrendando piezas, ganando el sueldo mínimo, trabajando horas extras e incluso, cesantes, gente empeñosa y trabajadora, que junta dinero peso por peso para tener algún día su casa propia, mientras el pastor disfruta de la buena vida, que la mayoría de las veces, ni siquiera merece. Muchos malos pastores en su vida habían viajado al extranjero y ahora recorren el mundo entero con el pretexto de ir a predicar el evangelio, alojándose en lujosos hoteles. Ahora comparemos esto con el ejemplo que el Señor Jesús nos entregó, naciendo en un pesebre y viviendo totalmente ajeno a cualquier tipo de lujos o comodidades que pudieran haber existido en ese tiempo. Ni siquiera tenía donde recostar su cabeza, siendo el hijo de Dios y estos hombres, que no tienen punto de comparación con Jesús, se han enriquecido haciendo del evangelio un verdadero negocio, en el cual sólo hay que tener poder de convencimiento, labia y carisma para conquistar a los fieles y hacerles soltar el dinero sin dolor. Como se nota que sus seguidores poco o nada han ESCUDRIÑADO las Sagradas Escrituras, sobre todo el ejemplo que el apóstol Pablo nos dejó, trabajando para no ser carga pesada a los hermanos y para no desprestigiar el evangelio, aconsejaba que todos debieran imitarlo y no andar deshonestamente entre los gentiles. Y como se nota también que estos pastores han pasado por alto en forma muy conveniente las palabras del mismo apóstol, cuando dice: “porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y con qué cubrirnos, seamos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse, caen en tentación y lazo, y en muchas codicias locas y dañosas, que hunden a los hombres en perdición y muerte. PORQUE EL AMOR DEL DINERO ES
Estos falsos hermanos u obreros fraudulentos no han seguido el ejemplo de Pablo, sino que se han aprovechado del evangelio para lucrarse usando una serie de versículos bíblicos (descontextualizados o tergiversados) para exigir el diezmo a sus fieles. El diezmo no es exigido en ninguna parte del Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento el diezmo servía para el sostenimiento de los Levitas, porque éstos no tenían herencia en la tierra en común con las otras tribus (Lev. 27: 30 – 33; Núm. 18:21 32; Dt. 14: 27 – 29) Al tercer año el diezmo de ese año era puesto a disposición también de los extranjeros, huérfanos y viudas. (Dt. 12: 5-7; 14: 22 – 29; 26: 12 – 14) y este diezmo no era exigido en dinero, sino en cosecha y animales. Por esto, el que el pasaje de Malaquias tan mal utilizado por estos falsos hermanos dice así: “Traed los diezmos al alfolí y haya ALIMENTO en mi casa” El 10% del sueldo para el pastor, jefe o líder espiritual NO HA EXISTIDO NUNCA EN LA BIBLIA . En 2 de Corintios, capítulo 9, versículo 7 Pablo dice claramente: “CADA UNO DÉ COMO PROPUSO EN SU CORAZÓN: no con tristeza o por necesidad; porque Dios ama al dador alegre.” Esto nos deja bastante claro que uno puede dar en forma libre, lo que uno sienta en su corazón y no, como una obligación de un 10%.
Le invitamos a imitar a Pablo y a no dejar de escudriñar la Santa Biblia. Queremos aclarar que éstos falsos líderes que enseñan la doctrina de la “prosperidad”, no son cristianos genuinos. Ellos captaron que el negocio era bueno y se “hicieron pastores”. Ellos no predican el evangelio original. Sin embargo y gracias al Señor, todavía quedan verdaderos pastores y hermanos que profesan el verdadero evangelio, que se entrega gratuitamente. Que Dios le bendiga, y abra su mente y su corazón para atesorar estas verdades que nos advierten que no nos dejemos engañar y que no creamos a toda palabra.
Enero de 2012.